Hechos y mitos sobre la hipersensibilidad a la radiofrecuencia

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En esta publicación, quería disipar los conceptos erróneos sobre los llamados. hipersensibilidad a las radiaciones radioeléctricas (en adelante PR) resumiendo no sólo los experimentos sobre hipersensibilidad electromagnética, sino investigaciones relacionadas como: experimentos sobre síntomas, experimentos fisiológicos, experimentos neurofisiológicos y estudios epidemiológicos. Como los lectores verán por sí mismos, todos estos estudios, que se centraron principalmente en las señales más sensibles, es decir, el tipo de teléfonos móviles y redes móviles, indican muy claramente que los llamados La hipersensibilidad electromagnética es solo un fenómeno psicofísico placebo y nocebo, con la reserva de que pueden existir diferencias individuales en la percepción y tolerancia de las relaciones públicas a intensidades de relaciones públicas mucho más altas que el teléfono móvil, que es la fuente más poderosa de relaciones públicas para la gran mayoría de las personas.

Los experimentos más importantes.

Primero, hablemos de los experimentos más importantes relacionados directamente con la hipersensibilidad electromagnética. Bueno, se hicieron muchos experimentos, que están entre los mejor calificados en la escala de evidencia médica, es decir, no solo tenían un grupo experimental (expuesto a PR), sino también un grupo de control/placebo/nocebo (sujeto a PR falso/falso). exposición) y tanto los investigadores como los sujetos no sabían cuál de los participantes seleccionados al azar pertenecía a qué grupo. En estos experimentos, se utilizaron señales con la máxima intensidad que un ser humano típico encuentra en el rango de frecuencia de los dispositivos inalámbricos típicos - señales del tipo de teléfonos móviles y redes móviles que se utilizan normalmente, pero no difieren significativamente de wifi y bluetooth en términos de frecuencia. Resultó que no hubo diferencias en términos de puntajes de pruebas cognitivas y síntomas fisiológicos entre el grupo de personas que se describieron a sí mismas como electromagnéticamente hipersensibles y el grupo de personas que no estuvieron expuestas a PR. En otras palabras, no hubo diferencias significativas entre "hipersensibles" e "insensibles" y entre sujetos PR y no PR en parámetros como dificultad para concentrarse, memoria, atención, dolor de cabeza o mareos, bienestar, tiempo de reacción, presión arterial, frecuencia cardíaca, picazón u hormigueo en la piel, la capacidad de reconocer PR y muchos más. De la gran cantidad de síntomas cognitivos y fisiológicos que se han estudiado en estos experimentos, prácticamente solo el sueño ha producido resultados débiles, inciertos y mixtos en el mejor de los casos. Fuera del campo del sueño, son muy consistentes y fuertes, lo que en sí mismo permite suponer que los resultados sobre el sueño no se confirmarán o no resultarán significativos (como posibles cambios en el EEG), tanto más que un gran número de estudios contradicen el impacto de la RP en el sueño (incluidos numerosos estudios epidemiológicos y polisomnográficos). Si se confirma algún efecto claro en el campo del sueño, probablemente sea solo con una intensidad de señal comparable a la mínima de un teléfono móvil y puede que no tenga un impacto significativo en la calidad del sueño. También vale la pena señalar que hasta el momento no se han encontrado diferencias entre los grupos hipersensibles e insensibles en los parámetros polisomnográficos y entre los grupos hipersensibles y no expuestos a PR en la calidad del sueño.

Experimentos adicionales

Los estudios anteriores por sí solos son una evidencia muy fuerte en contra de los llamados. hipersensibilidad como algo más que un simple efecto nocebo y placebo, al menos en el rango de potencia del teléfono celular e inferior, pero las conclusiones anteriores se fortalecen aún más con numerosos experimentos fisiológicos, a menudo mucho más largos que los estudios de hipersensibilidad, que no tratan directamente con la hipersensibilidad pero muestran la falta del impacto de PR de un tipo e intensidad similar en los sistemas circulatorio, endocrino, auditivo, la barrera hematoencefálica y parámetros fisiológicos de la piel [RAG 7.2.1, 5.1.4, 4.4, 4.1.4; DI 4.4.1 , 4.4.2 c]. Ekperymenty neurofizjologiczne dają obecnie mieszane i niespójne wyniki odnośnie istnienia pewnych efektów, jak metabolizm mózgu czy EEG, które jednak nawet jeśli zostaną potwierdzone, najprawdopodobniej nie mają istotnego wpływu na symptomy, gdyż ekperymenty nad nadwrażliwością i krótkotrwałymi symptomami pokazałyby różnice między badanymi grupami, i jak wiele innych efektów biologicznych PR z zakresu 100kHz-300GHz mogą być często przypisane wzrostowi temperatury [RAG 5.3, 5.1.3, 5.1.2.2, 4.1]

Diferencias individuales

Finalmente, debe mencionarse que para intensidades de campo mucho más altas que las encontradas por la gran mayoría de las personas, puede haber diferencias individuales en la percepción y la tolerancia de PR, análogas a los umbrales de percepción o la tolerancia térmica. Por ejemplo, a 50/60 Hz, la mayoría de las personas reconoce la presencia de campos > 20 kV/m, pero el 10 % de las personas percibe 2-5 kV/m, y para que el 5 % de las personas los perciba como molestos, debe alcanzar los 15 -20 kV/m. Por otro lado, en cuanto al umbral del dolor, el 7% de las personas describe como dolorosa una descarga de chispa desde ellas a tierra a 5kV/m y el 50% a 10kV/m [ICNIRP_GDL p. 500; ICNIRP_LF_GDL p. 820] . Sin embargo, aquí me ocupo principalmente de las intensidades de campo con las que entra en contacto una persona típica, no, por ejemplo, las personas del grupo de riesgo laboral, cuyas exposiciones pueden ser incomparablemente más altas. Solo estas personas están expuestas a campos lo suficientemente fuertes como para sentir excitación nerviosa o muscular (principalmente por debajo de 100 kHz) y un aumento de la temperatura corporal (por encima de 100 kHz). Ya escribí sobre el aumento significativo de la temperatura debido a la exposición a altos niveles de PR en el caso de los entornos de trabajo en mi extenso artículo médico [1] , donde también mostré cuán insignificantes en comparación son los aumentos de temperatura causados por el teléfono móvil.

Resumen

En resumen, numerosos experimentos ya existentes sobre los llamados la hipersensibilidad electromagnética y los síntomas después de una exposición a corto plazo a PR con poderes en el rango más o menos de un teléfono móvil e inferiores, forman un grupo coherente y muy fuerte de estudios que reciben apoyo adicional de estudios epidemiológicos y experimentos fisiológicos. Todos estos estudios contradicen claramente la existencia de los llamados la hipersensibilidad electromagnética como algo más que un fenómeno psicofisiológico del tipo placebo y nocebo creado por falsas creencias y otros factores psicológicos y/o factores físico-químicos no electromagnéticos. No está claro si los dispositivos más poderosos con los que se encuentran los humanos típicos, es decir, el teléfono móvil, pueden afectar sutilmente ciertos aspectos de la neurofisiología humana, como el sueño, a través de efectos térmicos y no térmicos, pero la investigación indica que no hay diferencia. entre “hipersensible” e “insensible” al respecto. Sin embargo, pueden existir diferencias individuales en la percepción y tolerancia de las relaciones públicas y ser significativas a intensidades de relaciones públicas mucho más altas que el teléfono móvil, pero que la gran mayoría de las personas no experimentan.

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Fuentes

• Mi gran artículo médico sobre la relación entre la radiación de radiofrecuencia y la salud, en el que encontrará unas 20 fuentes científicas en las que me basé para escribir este artículo: Radiación de radiofrecuencia y medicina